Refugiados en Barcelona
Las noticias de muertos en el Mediterráneo huyendo de sus países para alcanzar Europa no cesan. Y si dejan de verse es porque los medios de comunicación dejan de poner interés en ello. Estamos ante el mayor éxodo de población desde la Segunda Guerra Mundial y los gobiernos no hacen nada. O no hacen lo suficiente.
Desde el Ayuntamiento de Barcelona, conscientes de este problema (entendiendo como problema la necesidad de que estas personas encuentren refugio, y la lacra de que los Gobiernos de diversos países no tomen medidas eficaces), ha decidido poner cartas en el asunto. Y el resultado ha sido: Barcelona Ciutat Refugi.
Se trata de una plataforma que ayude a estas personas que huyen del hambre, las guerras y la miseria. Pretende dar cobijo al máximo de personas posibles. Y no solo eso. También es un sitio que promueve la conciencia ciudadana.
Tal vez sea gracias a esta iniciativa, tal vez debido a la calidad y calidez de la gente, el pueblo de Barcelona, en su mayoría, se ha volcado con este problema. Así fue que el pasado 18 de febrero de 2017, Barcelona acogió la mayor manifestación de Europa a favor del derecho a acoger a Refugiados.
- La crisis de los refugiados en Barcelona Barcelona quiere acoger a refugiados y así ayudar en una de las mayores tragedias que vive hoy...
Gran cifra de muertos
El SAIER, Servei d'Atenció a Immigrants, Emigrants i Refugiats, atendió a alrededor de 1.400 personas refugiadas en el 2015 que llegaron a Barcelona por su cuenta, solos o en familia. Según informan, la llegada no para y se ha multiplicado por cuatro en los últimos tres años. La mayoría proceden de Ucrania y de Siria, pero los hay de muchas otras nacionalidades.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), cifra en 5.079 personas, los muertos en 2016 buscando asilo en diferentes partes del mundo. Mientras escribimos esto, en lo que va de año, y estamos a junio del 2017, ya son 2.377 las personas que, viajando en busca de vida, encontraron muerte.
Probablemente, uno de los mayores problemas que asola al mundo a día de hoy sea este, las guerras por las que miles de personas se ven obligadas a abandonar su hogar y buscar refugio en otros países. Mientras tanto, los Gobiernos ponen y promueven barreras, tapan los ojos a la población con temas banales y olvidan las muertes de personas que tienen tantos brazos, piernas y ojos como ellos, pero, quizá, no el mismo corazón.
El Mar Mediterráneo está sepultando, como decimos, miles de vidas al año. Viajeros, obligados a serlo, se aventuran en embarcaciones de muy baja calidad y no aptas para hazañas de tan alto calibre. Gestas como cruzar distancias por mar intentando alcanzar las playas de un “primer mundo” que les cierra las puertas o, por vergonzoso que resulte admitirlo, que les dispara cuando tratan de alcanzar tierra.
Motivos para emigrar
- Las guerras
- El hambre
- La muerte
- La destrucción del hogar
- El futuro incierto.
Consecuencias
- Muertes
- Hacinamiento en campos de concentración para inmigrantes y refugiados
- Deportaciones
- Pobreza. Mendicidad
- Prejuicios por parte de la gente local
- Racismo y crecimiento de partidos político de esta índole.
A continuación haremos un repaso de los movimientos migratorios a lo largo de los últimos siglos, concretamente durante el XIX, XX y XI, en la historia de Barcelona. Esto puede ser fácilmente estrapolable a cualquier parte del mundo. Veréis que todas las migraciones, da igual el lugar o la época, guardan muchas semejanzas.
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Finales del siglo XIX - Principios del siglo XX
Cuando la emigración ganaba a la inmigración
Con los rumores y testimonios de gente que se iba a “hacer las Américas” y volvía habiendo amasado gran fortuna, muchas eran las personas que abandonaban sus hogares en España y se embarcaban en busca de una suerte mejor. Barcelona, como ciudad con puerto y acceso al mar vio partir a muchos barceloneses queriendo dejar atrás la pobreza con el sueño de una próspera vida.
Motivos para emigrar
- Las guerras
- El hambre
- El futuro incierto
- Esperanza de una vida mejor
Consecuencias
- Prejuicios en el lugar de acogida
- Hambre, si bien, en algunos casos, se encontró éxito
- Desarraigo
Este es el episodio que más deberíamos recordar y tener presente. Muchas veces se nos olvida que la historia da muchas vueltas. Los que hoy viven tranquilamente en sus casas, tuvieron antepasados que llegaron de lejos pasando penurias. Por cualquier motivo, el día menos pensado, tu mundo puede cambiar y puede que seas tú quien tengas que partir o huir.
ANÉCODTA: Curiosamente, Emilio Sánchez Pastor, escritor, periodista y político español de princpio de aquella época escribió en 'La Vanguardia', preocupado por el tema: “Nos interesa la emigración, porque en nuestro país no hay inmigración”.
Entre 1880 y 1930 las emigraciones hacia el exterior de España alcanzan cifras muy altas. En 1912 se tiene constancia de que fueron 250.000 personas las que marcharon. Pero mientras esto está pasando, otro movimiento se está dando, la emigración del campo a la ciudad dentro de la misma Cataluña y desde otros puntos de España.
Campesinos convertidos en obreros: Comienzos Siglo XX
Del campo a la ciudad
Barcelona era una ciudad en pleno auge. Eventos como la Exposición Internacional de Barcelona en 1929, la industrialización y obras como la del metro y la gran cantidad de viviendas con motivo de la expansión de la ciudad, ofrecían bastante trabajo para estas personas. Pero tal oleada de personas no había sido contemplada ni prevista, por lo que la ciudad se vio desbordada.
Entre 1900 y 1910, en Barcelona, hay 710.335 habitantes, de los cuales un 43,6% son naturales de la ciudad, un 19,2% del resto de Catalunya y un 29,6% del resto de España. Barcelona incapaz de acoger tanto inmigrante, comienza a contemplar la creación de los primeros barrios de chabolas. Se estima que ya en 1922 había alrededor de 4.000 infraviviendas. Estas 'casas' albergaban en su interior gran cantidad de personas, se llegaban, incluso a subarrendar, pequeños espacios dentro de ellas, viviendo así miles de personas en penosas condiciones.
En 1902, un campesino andaluz podía ganar un jornal de entre 1 y 2,25 pesetas y estaba sin trabajo entre 100 y 150 días al años. Por otro lado, en Cataluña, un obrero ganaba 3 pesetas al día y tenía mucho más asegurado el trabajo. Aspectos como este fueron decisivos para semejante movimiento de personas que por aquel entonces se empezó a dar.
Motivos para emigrar
- Pobreza
- Hambre
- Futuro incierto
- Esperanza de una vida mejor
Consecuencias
- Hacinamiento
- Pobreza
- Prejuicios por la población local
Curiosamente, aquel movimiento de población se daba dentro de las fronteras de un mismo país, de España. Hasta que llegó la Guerra Civil Española y el perfil del inmigrante cambió.
Guerra Civil y Postguerra: 1936-1939 y década de 1940
Exilio y represión
A raiz de la Guerra Civil que asoló España durante los años 1936-1939, mucha gente vio en Barcelona un punto de acceso cercano a la frontera con Francia, a través del cuál huir de las hordas franquistas, primero ,y de la dictadura, después.
Se comenzó a ver de nuevo dos movimientos claramente marcados en cuanto a migraciones. Por un lado, los que seguían llegando a Barcelona, ya no solo en busca de mejores oportunidades, sino huyendo de la represión. En una gran ciudad era más fácil pasar desapercibido, desaparecer si en su pueblo estaban marcados por su afiliación política. Y por otro lado, una vez más. el mar, y la cercanía con la frontera de Francia, ofrecían en Barcelona un punto de acceso a la huida. Un lugar desde donde partir y convertirse en emigrante.
Motivos para emigrar
- Guerra
- Represión
Consecuencias
- Exilio
- Campos de concentración de exiliados
- Futuro incierto
- Desarraigo con el lugar de origen
Barcelona acogedora de inmigrantes: Décadas 1950, 60 y 70
Barcelona, ciudad industrial, necesita mano de obra
Para saber un poco más acerca de la inmigración relacionada con Barcelona, acudimos al Museo d'historia de la inmigración de Catalunya (MhiC). Tras un repaso a los movimientos migratorios a lo largo de la historia de la humanidad, se centran en la inmigración que se vivió durante mediados del siglo XX en Barcelona, así como en otras ciudades catalanas. Curiosamente, aquel movimiento de población seguía siendo, como a principio de siglo, dentro de las fronteras de un mismo país, de España.
Tras la posguerra y durante los años 50-60, una oleada de inmigrantes provenientes de otras regiones del país, muy especialmente de Andalucía, Murcia y Extremadura, buscó en Barcelona el comienzo de una nueva vida en una ciudad próspera, con industria, trabajo y oportunidades.
Aquella gente se agolpaba en trenes abarrotados de gente. Reunían lo poco que tenían y se embarcaban en una gesta que, si bien prometía ser temporal, acababa siendo para siempre. Muchas fueron las personas, pues, que vinieron buscando prosperidad para volver luego a su tierra, pero que finalmente se acabaron quedando aquí, trayendo también a sus familias.
Tal como pudimos saber gracias al MhiC, con sede en Sant Adriá del Besós, ciudad colindante con Barcelona, famosa, entre otras cosas, por el mestizaje de sus vecinos, estos inmigrantes del interior de España que llegaban a Barcelona fueron castigados por el régimen de Franco.
El movimiento de población del interior hacia Cataluña fue represaliado por la dictadura. Esta no veía con buenos ojos esta migración, por el desbordamiento de la ciudad, así que muchos de ellos, al ser interceptados en la misma estación, eran confinados en un pabellón de concentración y devueltos posteriormente a su tierra. Algo que quizá os suene a lo que se vive hoy en día.
Motivos para emigrar
- Pobreza
- Hambre
- Futuro incierto
- Esperanza de una vida mejor
Consecuencias
- Deportaciones
- Hambre
- Hacimamientro
- Prejuicios por la población local
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Inmigrantes de otros países: Décadas 1980-90
La inmigración extranjera comienza a hacerse evidente
Con el fin de la dictadura y la entrada en Europa, España, también Cataluña, y por lo tanto Barcelona, comienza a experimentar algo extraño hasta ahora. Empiezan a aparecer inmigrantes de otros países. Al principio las facilidades de acceso son amplias, pero a medida que esta llegada se va incrementando la ley y la Constitución, se va modificando. Y, de nuevo, comienzan los prejuicios hacia el extranjero, hacia el otro.
Los que fueron inmigrantes resulta que ya no lo son. Ahora los temidos son otros, vienen de más lejos. Y los que hace pocos años llegaban en manadas y su siguiente generación, ya se ha olvidado de ello y arremeten contra el extranjero de la misma forma que antes arremetían contra ellos.
Curiosamente, durante estos años, en las primeras elecciones autonómicas en Catalunya se presentó el Partido Socialista Andaluz. Obtuvo 72.071 votos, el 2,64% de los sufragios y logró dos escaños. En Barcelona obtuvieron 63.672 votos. Aún estando integrados en la población, este tema sigue estando sobre la mesa, pero acaba pasando a un segundo plano para tratar el asunto de los nuevos ciudadanos de Barcelona.
En agosto de 2001 el Ayuntamiento de Barcelona toma medidas contra el llamado black corner. En Plaza Catalunya, explusan y recluyen en un centro de internamiento a un importante número de personas de origen subsahariano que encontraban en ese lugar su primer punto de contacto en la ciudad. Más adelante serían deportados a sus países de origen. Una vez más, la historia se repite y recuerda a episodios anteriores.
Motivos para emigrar
- Pobreza
- Hambre
- Guerras
- Futuro incierto
- Esperanza de una vida mejor
Consecuencias
- Deportaciones
- Hambre
- Hacimamientro
- Prejuicios por la población local
- Persecución por la policía
Inmigrantes llegados en los 90 crean la marca Top Manta
Aquellos inmigrantes tan mal vistos, aquellos que corrían y aún corren de la policía, por vender CDs pirata, bolsos, zapatillas y diferente merchandising, aquellos, protagonizan ahora esta noticia. El 10 de octubre del 2015, se creó en Barcelona el Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes. En un comunicado que dieron sus creadores, argumentaron que el surgimiento del mismo responde a años de oscuridad, persecuciones y racismo por parte de la policía. Los manteros se juntaron y se dieron cuenta, tal como dicen, que separados eran vulnerables, pero que juntos y organizados podrían parar la represión y persecuciones.
Ahora, en julio de 2017, crean su propia marca de ropa, Top Manta. Una muy buena idea, original y creativa, para hacerse ver, defender sus intereses y huir de mafias que se dedican a la imitación de productos de otras marcas.
La atractiva forma del logo no es casual. Responde a dos símbolos: La manta y el mar. Aziz Fayé, es portavoz del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de BarcelonaTal y en una entrevista para elmundo.es, declara que “ser mantero es un orgullo”. Son manteros, el levantamiento de la manta cuando se acerca la policía es muy significativo para ellos. Y por otro lado, está el mar. Muchos de ellos llegan jugándose la vida a través de los mares y con estas olas simbolizadas en el logo, quieren hacer referencia y homenaje a ello.
Según decían, en su comunicado, allá por el 2015 al crear el sindicato: Imigrar y tratar de sobrevivir no es un delito. Y la noticia de la nueva marca es muestra de ello. Es muestra de sus ansias de integración. Cansados de prejuicios, tratan de convertirse en lo que, realmente son, ciudadanos como tú y como yo.
Conclusión
Consecuencias negativas
Los conflictos vuelven a ser los mismos. Los motivos para emigrar y las consecuencias, si nos fijamos a lo largo de todo el artículo, se asemejan y coinciden en prácticamente todas las épocas: Hambre, guerras, búsqueda de un futuro mejor. Y como consecuencias: Problemas de vivienda que provocan situaciones de hacinamiento, falta de recursos para afrontar la diversidad cultural, falta de regulación laborar que impida la precarización del trabajo para los que vienen y para los que están, ambiente intolerante hacia el de fuera...
La historia nos demuestra que después de tantos años, no hemos sido capaces de crear mecanismos más útiles para resolver los conflictos que generan los movimientos humanos. Tampoco hemos aprendido de la historia que las migraciones son imparables, que nada retendrá su llegada. Pero... ¿Y las consecuencias positivas?
Consecuencias positivas
Las culturas nacen de una mixtura de tradiciones de diferentes procedencias que han ido aportando cada uno de los grupos de personas, a lo largo de años, a una región. Cuando una comunidad reclama una entidad propia, están promoviendo la diferenciación respecto a los demás. Y han sido, precisamente, personas de otros lugares, quienes llegados a esa tierra, han ido marcando y definiendo su realidad actual. Al final, cerrarse a los extranjeros es limitarse culturalmente. Es ir en contra de la naturaleza humana y del sentido común para avanzar, aprender y mejorar.
Al final, todos venimos del mismo mono. Todos somos iguales.