Ve preparado
Esto parece obvio pero es uno de los factores más importantes, ya que si no vas preparado hay más probabilidades de que algo no salga como esperas. Incluso si piensas que ya lo tienes todo claro, siempre hay algunas cosas que puedes hacer o repasar para estructurar mejor tus ideas.
Léete tu curriculum
Tu curriculum es lo que te ha llevado hasta donde estas, así que asegúrate de que no haya ningún detalle de este con el que no te sientas cómodo. Si hay algo que no sea usual, asume que serás cuestionado sobre ello y prepárate la respuesta.
Lee también las especificaciones del trabajo
Mira bien todo lo que implica el trabajo, piensa si tienes el suficiente conocimiento de estas habilidades y piensa en situaciones en las que has demostrado tener estas habilidades.
Prepara respuestas en relación con estas cualidades, el haber estado un tiempo organizando esto te hará sentir más seguro y tranquilo.
Preparate preguntas
A los entrevistadores les llamará la atención que cambies los papeles y les hagas preguntas. Un ejemplo de lo que les puedes preguntar es: ¿Hay oportunidades de crecer dentro de la empresa? o ¿Me podrías dar más información sobre la compañía?.
Vístete apropiadamente
La clave para vestirte adecuadamente es bastante simple, usa ropa lisa, profesional y cómoda, cabello limpio y maquillaje limpio y minimalista.
Trata de estar calmado
Es más fácil decirlo que hacerlo, especialmente para aquellos que tienden a estar nerviosos. Una sesión de meditación al empezar el día de la entrevista suele ser de gran ayuda, ya que te ayuda a tomar perspectiva y a ser consciente.
No te hagas ilusiones
Recuerda que hay probabilidades de que no te contraten, en tal caso esta entrevista te va a aportar una experiencia muy enriquecedora para el futuro.
Pero piensa positivamente
No es nada atractivo entrar en un entrevista convencido de que ésta no va a ir bien, incluso si piensas que el éxito es poco probable, una actitud optimista siempre es atractiva. Sino es en éste, ¡Será en el próximo!