Esta ciudad mediterránea es hermosa, tiene mucha historia y varios lugares de interés que atraen miles de turistas de todo el mundo. Pero... ¿De qué romanticismo hablamos si los enamorados no pueden estar solos para darse un par de besitos? Te recomendamos 5 lugares especiales donde los besos pueden ser efímeros, misteriosos, intensos y cómo no, muy románticos.
1. Entre columnas de Gaudí
Voy a empezar con una de las perlas más famosas de Barcelona: El Parc Güell. Para encontrar un momento íntimo te aconsejo llegar lo antes posible o antes del cierre para evitar la hora punta turística. A un paso de la plaza central del parque se encuentra el Pórtico de la Lavandera y en uno de sus extremos hay una doble hilera de columnas inclinadas para soportar mejor el peso de la estructura. Aquí los amantes pueden ocultarse de las miradas indiscretas y del abrasador sol barcelonés. Un beso refrescante en un parque mediterráneo lleno de arte... ¿Qué podría ser más bonito durante un día caliente?
2. Suspendidos en el aire
De besos calientes pasamos a besos ligeros, pero rápidos. Para hacerlos avanzamos rápido a los pies de la montaña de Montjuïc, uno de los sitios más románticos de la ciudad, y compramos las entradas del Telefèric. Se trata de un funicular que une el mar con la montaña. Su cabina tiene capacidad para 6 personas pero podemos esperar y tratar de salir solos. La duración del viaje es de 8 minutos. Un beso efímero con vistas espectaculares de la ciudad.
3. Misterio medieval
Bajamos desde las colinas de Montjuïc a la tierra y vamos al corazón del Barcelona: El Barrio Gótico. El lugar más romántico es el Pont del Bisbe: Un precioso puente que une el Palau de la Generalitat y la Casa dels Canonges. Debo advertirles que este lugar se encuentra desierto sólo de noche o de madrugada. Un beso intrigante y misterioso...
4. Escondidos en un laberinto
Una de las atracciones más desconocidas de Barcelona es un parque llamado
5. Puesta del sol sobre la ciudad
Para terminar el romántico paseo por la ciudad subimos al punto más alto: La montaña del Tibidabo. Allí se puede admirar una excelente vista de Barcelona y el majestuoso Templo Expiatorio del Sagrado Corazón, coronado por una enorme estatua de Jesucristo. El atardecer es mágico: primero veréis cómo se inunda la ciudad de un color naranja cálido y luego cómo el sol se esconde detrás de los picos de las montañas del interior de la capital. Si aguantáis hasta el amanecer, también veréis el sol reaparecer por encima del mar un poco después. ;)