Hola! Me llamo David, soy de Valencia, y os voy a contar la primera vez, y también la última de momento, que visité Barcelona.
Y no he estado más veces por falta de oportunidades, porque cuando no he trabajado cómo un burro, he estado desempleado y no he tenido el bolsillo para estancias, desplazamientos y demás gastos.Aunque espero poder volver pronto, ya que me encantó cómo ciudad, y el único recuerdo que tengo lo guardo cómo un tesoro, con mucho cariño.
Creo que cualquier ciudad mediterránea, del este de España, me gusta. Desde la Costa Brava en Cataluña a la Costa del Sol en Málaga. Pero Barcelona me encantó porque cómo la gran ciudad que es, me recordó en muchos aspectos a mi Valencia, ¡salvando las obvias diferencias arquitectónicas! Su estilo de vida, aunque muy cosmopolita, es muy mediterráneo y esa característica común nos une.
Fue hace 10 años. En mi tiempo libre, organizaba viajes para asistir de público a programas de televisión. No os podéis imaginar el éxito que tenia tal afición, me faltaban plazas por todos lados y tenía que habilitar un segundo autocar.
En aquella ocasión, visitamos el plató del programa "Crónicas Marcianas". Nada más llegar a Barcelona, el conductor del autobús nos anunció que estábamos entrando en la ciudad. Me quede con la boca abierta viendo el gran mar de edificios y asfalto que tenía delante. Durante el trayecto hasta el plató televisivo no abrí la boca, contemplando todo, desde los edificios (tengo el FP de delineación), a sus tradicionales taxis, negros y amarillo.
Llegamos al plató sobre las 5 de la tarde y la ciudad estaba en plena efervescencia. Y fue, cómo decimos en Valencia, "Pensat i fet" (Pensado y hecho). Llamamos a información y nos dieron el número de teléfono del hostal El Ninot. Pasamos una noche maravillosa, en la grabación del programa, pero aun lo pasamos mejor cuando nos fuimos a visitar la ciudad.
A mi no me daba tiempo a empaparme de todo, sus calles, sus gentes, sus edificios... pero cuando al final nos fuimos a la habitación del hostal, el recuerdo más vívido que tengo es el yo, en un balcón del hostal, contemplando el skyline de Barcelona de noche. La Sagrada Familia , el Tibidabo, la Torre Agbar... todo iluminado por las luces de la ciudad, era una de las cosas más bellas que haya visto nunca... ¡No quería irme a la cama!
A la mañana siguiente, cuando volvíamos a casa en autobús, no quería marcharme, quería quedarme allí para siempre. A veces creo que no vuelvo por no quedarme allí, y dejar mi tierra, mi familia, mi gente ...es una mezcla rara, de miedo y pasión, que espero poder resolver dentro de muy poco. ¡Un saludo!
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